Las obras sociales de la Compañía de Jesús en Madrid se adelantan para atender a las primeras víctimas de la crisis económica que la actual pandemia está provocando. La Parroquia San Ignacio de Loyola, del distrito de Tetuán, se ha convertido en uno de los puntos de referencia del barrio al que acuden decenas de familias solicitando ayuda.
El pasado 16 de abril la Unidad Pastoral Padre Rubio (a la que pertenece la parroquia) enviaba una circular en la que alertaban acerca de la emergencia alimentaria: «solicitamos la ayuda económica a través de donaciones particulares o institucionales con el objetivo de adquirir productos de higiene, de salud, específicos para niños y bebes y otros necesarios para las familias vulnerables a las que desde esas distintas entidades estamos haciendo seguimiento.»
La respuesta no se ha hecho esperar. Pablo Veiga, SJ, párroco de San Ignacio, cuenta cómo en apenas una semana la respuesta ha sido enorme: 30.000 euros recaudados para la compra de bienes de primera necesidad y un cuerpo de más de 60 voluntarios, bien dispuestos a la ayuda que, desde el pasado miércoles han atendido a casi 60 familias.
Pablo cuenta que «la parroquia funciona como uno de los centros de Cáritas del distrito», en un movimiento de unión de fuerzas que ha hecho la institución de la Iglesia. Los efectos económicos de la crisis sanitaria no han tardado en aparecer: «desde la última quincena de marzo hasta hoy mismo, se ha triplicado el número de personas atendidas para cubrir las necesidades básicas». El perfil es enormemente heterogéneo: autóctonos españoles, migrantes… esta crisis no distingue procedencias.
La demanda de alimentación es solo el primer paso que se ha dado en esta labor de asistencia. Pablo Veiga y su equipo ya trabajan en el siguiente hito: los alquileres. «Muchas personas del barrio se dedicaban a la hostelería o al servicio doméstico. Hasta ahora tenían algo para aguantar, pero ya se está terminando». Por ese motivo se está diseñando un plan de ayudas al alquiler, aunque, como comenta el jesuita: «estamos esperando a ver cómo evoluciona la reglamentación legal que el gobierno tiene que anunciar».
La educación es otro de los focos de preocupación de las obras sociales de la Compañía de Jesús en el barrio Ventilla. Como es sabido, el confinamiento ha obligado a la educación a distancia. Sin embargo, «muchas familias no tienen conexión a Internet o dispositivos. Algunas cuentan con teléfonos móvil con conexión y van tirando con ello», nos cuenta Pablo. Para solventar ese problema, las organizaciones jesuitas como Amoverse se han puesto en contacto con Reutilizak.org, una asociación que se encarga de recoger dispositivos electrónicos usados y arreglarlos en Getafe.
Como siempre, esto no es posible sin la solidaridad de muchas personas. Por ello, Pablo Veiga agradece «a todas las personas que se han puesto manos a la obra. No solo haciendo donaciones, también poniéndose a disposición.» Agradece la respuesta de todas las personas del entorno de la Compañía que «han sido muy rápidas a la hora de ponerse en marcha». Y reflexiona: «dentro de todo lo dramático de la situación las instituciones de la Compañía en Madrid nunca hemos estado tan unidos».
La asistencia sigue siendo necesaria. Puedes enviar tu donación a la siguiente cuenta:
Número: Es 52 2038 1763 1430 0022 0970
Nombre: Parroquia s. Ignacio de Loyola
Dirección: Calle pinos alta 79, 28029
Concepto: Proyecto Dispensario Alimentos y Productos Familias Vulnerables