La última de las conferencias programadas en Alcalá con motivo del Año Ignaciano, corrió a cargo de Alfredo Verdoy, SJ el pasado 25 de abril. Con el título “El Colegio Máximo de la Compañía de Jesús en Alcalá”, tuvo lugar, como las anteriores, en el Salón de Actos del Palacio Arzobispal.
El jesuita, director del Archivo Provincial, tuvo la oportunidad de explicar la presencia de la Compañía de Jesús en la Universidad de la ciudad del Cardenal Cisneros, la inauguración del Colegio Máximo y el enorme impacto que tuvo en la ciudad, consiguiendo que más de mil jóvenes de la ciudad entrasen al noviciado en el primer siglo de presencia jesuita.
¿Por qué tantos jóvenes de la región en esa época quisieron entrar en la Compañía?, se preguntaba el ponente. A la orden entraban los más capacitados y los más brillantes, con enorme queja por parte de la universidad. La Compañía, explica Verdoy, vio en Alcalá de Henares y su universidad el lugar en el que se encontraban “Dios y las ciencias”. Por este motivo, además de la histórica presencia de San Ignacio en la ciudad, los jesuitas decidieron implantar este Colegio Máximo, de gran importancia para las primeras décadas de vida de la orden.
El Colegio Máximo, como apuntaba el ponente, se convirtió en un lugar de enorme importancia de la Provincia jesuítica de la región. En ese colegio “se cumplían todos los tópicos de las constituciones y reglas de la Compañía: discreción en la vida de oración y penitencia, el celo apostólico, la seriedad en los estudios, la capacidad de servicio, un estilo atrayente a parea todo tipo de personas y la capacidad de conducir a las personas a Dios de manera eficiente y libre estaban presentes en el colegio y, espero, – terminaba- sigan estando muchos años.”