Triduo Pascual en la Parroquia San Francisco de Borja


La Parroquia San Francisco de Borja acogió un Triduo Pascual intenso, pero emocionante. Son días en los que se conmemora, en comunidad, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. En la víspera del primer día ya tuvieron la celebración de la Reconciliación. En la misma, Pablo Guerrero convirtió en guía una invitación de Arrupe para examinar la vida.

Intensidad en el Jueves Santo

El jueves arrancó con un pregón de Semana Santa, una ocasión anticipada de lo que se iba a vivir de ahí en adelante. Se fueron alternando momentos de reflexión, silencio, canto y plegarias compartidas. Posteriormente tuvo lugar la celebración de la Cena del Señor, una ocasión para evocar y actualizar la memoria de la Eucaristía, del amor fraterno, y del servicio.

El Jueves Santo terminó con la Hora Santa, un rato sencillo de oración, intercalando pasajes del evangelio con posibles reflexiones de Jesús en el Huerto, donde ha de afrontar el miedo, la duda, la incertidumbre sobre el camino recorrido, y la aceptación final.

Hondura en el Viernes Santo

Si la intensidad fue la nota predominante del Jueves Santo, el Viernes Santo destacó por su hondura. Guiado por José María R. Olaizola SJ, con la ayuda de Almudena y Gabriel, los asistentes fueron recorriendo las estaciones del viacrucis evocando tantas situaciones que, por desgracia, hoy seguimos viviendo: pobreza, violencia, adicciones, etc…

Para los oficios de la Pasión no cabía nadie en la iglesia y, sin embargo, el silencio era sepulcral. La celebración fue profunda, sentida y sobria, como requiere el día y lo contemplado. Cristóbal Jiménez SJ, ayudado por Alvaro Zapata SJ, fueron los encargados de ir guiando la liturgia, que comenzó en silencio, con ambos postrados en el suelo ante la cruz.

La desnuda cruz de madera permitió a todos los presentes acercarse para hacer un gesto de adoración, en el momento más contenido y significativo de la celebración. Los cantos del coro acompañaban, invitando a contemplar esa cruz. Tras la adoración, se fue a buscar la reserva y pudimos rezar el Padre Nuestro y comulgar, antes de despedirnos hasta el sábado.

La alegría de la Resurrección en el Sábado Santo

Para ir finalizando el Triduo Pascual, el Sábado Santo tuvo lugar un precioso rato de oración contemplativa acompañando a María. Lo dirigió Alvaro Zapata SJ para ir recorriendo el itinerario de María en esa jornada de duelo y silencio. Imaginando sus recuerdos, desde aquella lejana Anunciación a esta cercana Cruz. Confiando en el amor, esperando… Los cantos y oraciones marianas acompañaron toda la celebración.

Por la noche, la Vigilia Pascual fue de nuevo ocasión para congregar a una enorme comunidad que quiso compartir la alegría de la Resurrección. Pablo Guerrero, SJ presidió una celebración que estuvo marcada por la participación de gente de todos los ámbitos de la parroquia. 

Crónica completa del Jueves Santo

Crónica completa del Viernes Santo

Crónica completa del Sábado Santo


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