Mercedes Fernández, nueva directora del Instituto de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas


 La profesora de Comillas ICAI e investigadora del Instituto de Estudios sobre Migraciones (IUEM), Mercedes Fernández, ha tomado posesión del cargo de directora del instituto de investigación de la universidad jesuita de Madrid en sustitución de Alberto Ares, que comenzará a ejercer labores de dirección en el Servicio Jesuita a Refugiados.

Esta es la segunda ocasión en la que la docente ejercerá este cargo. “Este segundo mandato lo veo de manera diferente; ahora tengo la experiencia de lecciones aprendidas y, sobre todo, sé lo que no quiero hacer”, afirma mientras admite que asume el cargo “con más serenidad y conocimiento de causa para detectar oportunidades y mitigar riesgos que puedan existir”.

Fernández explica que el IUEM tendrá dos prioridades fundamentales, “una, potenciar las capacidades de un equipo cualificado y motivado y, dos, cimentar una investigación puntera y de referencia en estudios migratorios”. Otro de los pilares será la transferencia de conocimiento a la sociedad y la docencia para formar profesionales en migraciones y cooperación.

Tras 27 años de existencia, el IUEM vive un momento espléndido. “Ahora estamos en buena posición para ahondar en investigaciones de calidad y de carácter internacional porque tenemos una posición privilegiada; la Compañía de Jesús tiene organizaciones en sector social que amplifican la cuestión migratoria en el ámbito de incidencia social», asegura. Además, “esa sinergia es un valor y una herencia que el instituto tiene que potenciar”, reflexiona Fernández.

La actualidad migratoria de estas semanas hace que el trabajo del IUEM sea cada vez más importante. “La situación es compleja y lo será aún más. Los focos migratorios son avisperos geopolíticos que generan éxodos masivos y todo esto no se detendrá, sino que se va a acentuar y agravar”, avisa la nueva directora del IUEM, quien reconoce que el reto para España es la cohesión social para que las segundas generaciones de migrantes no se sientan marginados “y no ocurra como en Francia”.


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