Los restos mortales del padre Fernando Huidobro Polanco, SJ ya descansan en el claustro de la parroquia San Francisco de Borja. El viernes 19 de julio tuvo lugar el acto de inhumación presidido por Don José Cobo, cardenal arzobispo de Madrid. Entre las autoridades religiosas y militares que acompañaron la celebración estuvieron presentes el arzobispo castrense, Don Juan Antonio Aznárez y Don Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. Así mismo, José Agustín Carreras Postigo, general jefe de la brigada de la Legión y el teniente general Antonio Jesús Cabrerizo Calatrava, general jefe del mando de personal del ejército de tierra.
Un numeroso grupo de jesuitas de la ciudad y sacerdotes de la diócesis también acompañaron la celebración, así como familiares del P. Huidobro, miembros de la Legión, de la que el jesuita fue capellán, y muchos amigos y gente de la parroquia.
Los santos siempre inspiran humanidad
A las 20,30h de la tarde comenzaba la celebración en la Iglesia. Tras unas palabras del padre Provincial, Enric Puiggròs, tuvo lugar la liturgia de la palabra. En su homilía, Don José Cobo glosó la figura de Huidobro, explicando por qué su santidad apela especialmente a la sensibilidad contemporánea y hablando de él como un hombre de humanidad y testigo de reconciliación. «Los santos inspiran siempre humanidad, humanizan la sociedad y las relaciones porque son evangélicos y, por eso, profundamente humanos. Sus vidas manifiestan los valores más nobles del corazón humano» Tras hablar de la santidad como llamada universal a la vida cristiana, el cardenal se centró en la figura de Huidobro, especialmente significativa para este contexto evangélico y eclesial. Y habló de su labor que ayudó a mostrar «un espíritu de pastor y un alma de héroe. Este es su legado para la Iglesia, para la Compañía de Jesús y para el pueblo de Dios»
Tras la oración de los fieles, tuvo lugar el traslado de los restos al claustro. Un grupo de legionarios portaron la urna donde reposan los restos de Huidobro, cubierta por la bandera que, hasta ahora, estaba en el sepulcro anterior. Al llegar al claustro la bandera se dobló y se entregó a la Legión para que disponga de ella y la pueda tener en recuerdo y gratitud del “Pater”, su capellán.
Representantes de la Legión hicieron un homenaje a los caídos
A continuación tuvo lugar la firma del acta de inhumación. Un dato bien bonito. Entre los firmantes estuvo el Padre Elías Royón, SJ. Elías ya estuvo presente en 1958, siendo entonces un jovencísimo jesuita, en el traslado de los restos de Huidobro de Aranjuez a Maldonado.
Tras la firma, tres jesuitas colocaron la urna en el sepulcro. Y a continuación los representantes de la Legión hicieron el homenaje a los caídos. El arzobispo castrense pronunció un responso, y con la bendición final y el canto de la salve terminamos el acto.
Fue una celebración sencilla y a la vez solemne. Una celebración especialmente eclesial, donde se disfrutó la presencia y convergencia de muchas personas de Iglesia, congregados por la devoción al Siervo de Dios Fernando Huidobro. El jesuita, fallecido en 1937, ha sido declarado Siervo de Dios y la Congregación para las causas de los Santos sigue avanzando con su proceso. Es una figura especialmente significativa y que habla al mundo de hoy, tan necesitado de encuentro. Como terminaba la homilía del cardenal Cobo «Lo hemos escuchado en el evangelio que ha sido proclamado: “si el grano cae en tierra y muere, da mucho fruto.” El fruto de esta vida de Pastor, entregada hasta el riesgo de la muerte, se llama: fraternidad y reconciliación.»
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