Hoy se cumplen 50 años del atentado en el que ETA asesinó al almirante Luis Carrero Blanco. No fue un día cualquiera para los jesuitas residentes en la Comunidad de Maldonado. Y así lo registraron en su Historia Domus, el libro manuscrito en el que cada comunidad va narrando sus vivencias y anécdotas diarias con el afán de que se mantengan y no caigan en el olvido.
En la crónica de este y los sucesivos días se narran los detalles de este acontecimiento histórico. Aquel día, tras la explosión, deja escrito el narrador, que el Hermano ministro (Francisco Hellín SJ) llamó al 091 y al poco “acompañado por un guardia de la policía armada y por un policía secreto de la escolta del Presidente, sube a la azotea a ver lo sucedido”.
Varios medios de comunicación se hicieron eco de que la persona que dio la absolución a Carrero Blanco, a su escolta Juan Antonio Bueno Fernández y a su conductor, José Luis Pérez Mogena, fue el P. Gómez Acebo. Esta Historia Domus, sin embargo, se lo atribuye a otro jesuita: “Acude el P. Jiménez Berzal a dar la absolución a los cadáveres que asoman por la portezuela delantera derecha. Son el Presidente, un policía de escolta y el conductor”.