Tres gestos de Adviento en la Unidad Pastoral Padre Rubio

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La Unidad Pastoral Padre Rubio, junto al resto de la Iglesia de Madrid, llevamos este curso preguntándonos “¿Qué quieres que haga por ti?”. En el retiro de inicio de Adviento, Bert Daelemans, SJ, nos proponía alentar el deseo de ser un poco más vulnerables… como Dios.
Tres momentos de esta semana nos han ayudado a crecer en vulnerabilidad: la experiencia de ponernos las “deportivas” de los ejercicios espirituales para disponernos un poco más a tiro de Dios. Queda un tono de agradecimiento grande por esta espiritualidad ignaciana, novedosa siempre, que nos invita a la profundidad de Dios que nos espera de modo humilde en cada hombre y mujer, en cada acontecimiento que nos rodea, en cada rincón de nuestra persona -también los aparentemente más rotos.
Un buen grupo de la Unidad participó en la Marcha por el Clima sumándonos a mucha gente que busca un mundo mejor cuidado y más sensible con lo frágil. Fue un gesto pequeño, como el de tantos católicos tras la pequeña pancarta en la marea de gente que inundó la Castellana, pero un gesto lleno de Adviento, de esperanza en otro mundo posible.
Por último, algunos se expusieron al frío de la noche para ponerse en la piel de los miles de personas sin hogar en nuestra ciudad, en la primera Noche sin Hogar en la que Madrid se sumó a muchas otras ciudades del mundo sensibilizadas ante esta urgencia. Otro gesto pequeño, vulnerable, que generó vínculo y empatía entre quienes sueñan un mundo, una ciudad sin personas condenadas a la calle. Por eso el tono era de celebración, de alegría por hacer algo juntos, por sentir la fuerza de que algo nuevo está brotando en los márgenes, “¿no lo notáis?”