Ordenaciones presbiterales: «Recordadnos quiénes somos y a quién seguimos»


El pasado 8 de junio tuvieron lugar las ordenaciones presbiterales de los jesuitas Javier Bailén Llongo SJ (Valencia, 1980), Luis Ortuño Gallud (Orihuela, 1985), Rodrigo Sanz Ocaña (Valladolid, 1992) José Luis Olea Alarcón (Lleida, 1992) y Senakpon Angelo Adanjaï (Benín, 1981). La ceremonia, presidida por el cardenal arzobispo de la diócesis madrileña, D. José Cobo, se ha celebrado en la parroquia jesuita de San Francisco de Borja.

Le acompañaban, concelebrando, entre otros, el provincial de España, Enric Puiggròs SJ, el provincial de África Occidental, P. Ndomba Mathieu y numerosos jesuitas de distintas partes de la provincia y de fuera de ella. Un numeroso grupo de familiares y amigos han acudido también a presenciar y vivir la ceremonia.  

Las palabra de quienes se ordenan

Días antes de ser ordenados los cinco jesuitas compartían sus reflexiones sobre el significado personal del sacerdocio. De forma resumida, Javier Bailén lo concretaba en tres palabras: servicio, entrega y pasión como vocación recibida: “Yo seré sacerdote, pero no soy el dueño de mi sacerdocio. Es una vocación que he recibido, pero no es mía. No puedo hacer lo que quiera con ella porque no me pertenece”.

Para Luis Ortuño “el sacerdocio es entregarse por los demás de la misma manera que lo hizo Jesús. Es darse en cada momento de la vida, por pequeño que este sea”. José Luis Olea lo sintetizaba en la palabra fiesta, “porque vinculo mucho el sacerdocio a la parábola del padre bueno” y a la fiesta que celebra este cuando regresa el hijo pródigo. Para Senakpon Angelo Adanjaï, “el sacerdocio es y debe ser servicio” y para Rodrigo Sanz es ante todo un regalo, “porque realmente lo vive como algo completamente inmerecido”.

Un buen pastor que viva la cercanía

Tras las lecturas y la llamada y presentación de los ordenandos el cardenal pronunció una homilía donde siguiendo el evangelio escuchado del Buen Pastor, les animó a reconocerse “en un solo rebaño” desde el que contemplar la vida a través de cuatro cercanías en las que les invitó a permanecer. La cercanía a Dios, al obispo, entre los presbíteros vinculados y la cercanía con el santo pueblo fiel de Dios, la más importante.

Con el sacerdocio, les dijo a los ordenandos “os configuráis con Cristo sacerdote (…) es Él quien os ha elegido a vosotros porque es el mismo Jesús quien quiere entregarse a su pueblo por medio de vosotros”. Les habló también de su pertenencia a la Compañía de Jesús que “hoy se enriquece con vuestra entrega”, y en ella “encontráis una forma especial de fraternidad y Misión desde lugares distantes y con distintas tareas.

Tras la homilía continúo el rito de la ordenación en el que se sucedieron las letanías con los ordenandos tumbados como símbolo de postración ante Dios y la imposición de manos. Luego la vestidura de la estola al modo presbiteral y de la casulla por parte de los padrinos que eran Pablo Alonso de Rodrigo Sanz, Sergio Gadea de José Luis Olea, José Luis Ruiz Cañamares de Luis Ortuño, David Cabrera de Javier Bailén y Julio Martínez de Senakpon Angelo. Continuó la unción de las manos con el Crisma, la entrega del pan y del vino y el abrazo de la paz entre los presbíteros. Concluida la ordenación los ya nuevos sacerdotes subieron al presbiterio para consagrar junto a sus compañeros.

Un deseo que se transforma en petición en estas ordenaciones presbiterales

En la acción de gracias final que pronunció José Luis Olea en español y francés, en nombre de los cinco, comenzó reconociendo que tras haber recibido ayer mismo la primera carta que envío a su familia desde el noviciado, cambió la acción de gracias que tenía preparada. Se descubrió a si mismo en ella, con diez años menos, y hablando en nombre de todos afirmó que ahora “somos un poco menos ingenuos, conocemos más a la Iglesia y a la Compañía de Jesús, en lo bueno y en lo malo y a nosotros mismos”, pero “el deseo de seguir a Dios es igual o mayor que entonces y eso es gracias a vosotros”, a todos los que les han acompañado en su camino hasta la ordenación. A ellos les pidió, en nombre de los cinco, “sed nuestra memoria, sed los que nos recordéis quiénes somos y a quién seguimos”.

Los cinco nuevos sacerdotes celebrarán su primera misa mañana y en próximos días:

-Rodrigo Sanz Ocaña SJ (Valladolid). 9 de junio a las 13:00h. en la Parroquia San Agustín (Valladolid).

-Javier Bailén Llongo SJ (Valencia). 9 de junio a las 12:30h. en la iglesia del Centro Arrupe (Valencia).

-José Luis Olea Alarcón (Lleida). 29 de junio a las 19:30h. en la Parròquia Sant Ignasi de Loiola (Lleida).

-Senakpon Angelo Adanjaï SJ (Benin). 30 de junio a las 10:00h. en la Parroquia Immaculée Conception (Bohicon – Benin).

-Luis Ortuño Gallud SJ (Orihuela). Celebrará su primera misa el 16 de junio a las 19:00h. en la Parroquia Santas Justa y Rufina (Orihuela).

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