El sentido de la cruz y del fracaso: en su vida y en la nuestra
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La Cuaresma pasa por la Ventilla. Casa San Ignacio se convierte en lugar de oración y recogimiento por una hora. El miércoles, 14 de marzo, más de 130 personas se reunieron para continuar este tiempo de preparación hacia la Pascua.
Una hora de oración acompañada por Maite López. La cantautora le puso banda sonora a estos 60 minutos en el que se intercalaron sus canciones con ratos de silencio y lectura de la Palabra. “La Cuaresma es un tiempo que nos invita a retomar prácticas normalmente apartadas. Ahora estamos en un momento privilegiado para escuchar la Palabra”, invitaba López, con su guitarra en el regazo.
Este momento de recogimiento y silencio recorrió las prácticas de piedad propias de este tiempo litúrgico: la oración, el ayuno y la limosna. Con sugerencias para tener deseos de acercarse más al Señor “y si no tenemos deseos, al menos deseos de tenerlos”, como recordaba la cantante.
Entre las más de diez canciones que interpretó, con algunos de sus temas más conocidos, como Amando hasta el extremo o Deseos, también hubo espacio para dedicarle una a María. Como decía Maite López en la introducción: “Tenemos mucha suerte de tener una mujer como María”.
Terminó este encuentro con una oración en la que la autora pedía: “Que nuestra vida sea Cristo, que toda nuestra vida gire en torno a Él, que las decisiones que tomemos sean con Él. Que seamos conscientes de que la fe es un don, es un privilegio y que tenemos el compromiso de darnos del todo.” Y se rezó un Padrenuestro de la mano.