El pasado 24 de enero en la Capilla del Santísimo de San Francisco de Borja un nutrido grupo de miembros de la Comunidad de Matrimonios de Nazaret se reunió para celebrar una eucaristía de acción de gracias por los 40 años transcurridos desde que la Comunidad se constituyó tal y como la conocemos hoy. La eucaristía estuvo presidida por el consiliario general de la Comunidad, José Luis Sánchez Girón sj, el viceconsiliario, Quique Climent sj, y Javier Quintana sj. Se escucharon diversos testimonios como las palabras de quienes eran presidentes de la Comunidad en ese momento. También las palabras de quienes lo son ahora o lo han sido en algún otro momento. Y, de la misma manera, la voz de los muchos matrimonios jóvenes que se han incorporado en los últimos años a la Comunidad representados por Begoña Fernández Larrea (¡tercera generación en la Comunidad!).
Un lugar donde vivir la fe y crecer espiritualmente
Todos coincidieron en que la Comunidad había sido un lugar donde vivir la fe, crecer espiritualmente, conocer mejor a Jesús o forjar amistades. Coincidieron en que habían encontrado el apoyo para educar a sus hijos en la fe o sobrellevar las pérdidas y los momentos difíciles. Nazaret acoge a quien después del matrimonio busca un grupo en el que compartir la fe con un particular enfoque en la familia. Y acompaña a lo largo de toda la vida con ese regalo que son los amigos en el Señor para a vivir la fe con otros que atraviesan situaciones vitales parecidas.
La Comunidad de Matrimonios Cristianos de Nazaret y del Pilar, tal como la conocemos hoy, se fundó en enero de 1984. Es el resultado de la fusión de dos congregaciones marianas que aparecen reflejadas en su nombre: la de Nuestra Señora de Nazaret, fundada en 1957 por José Luis Gómez Acebo sj, y la de Nuestra Señora del Pilar, creada por Luis González sj en 1958. Ambas se formaron con matrimonios que habían acudido a los cursillos prematrimoniales o que tenían relación con estos sacerdotes. Fueron creciendo durante los años sesenta y setenta hasta que a principios de los ochenta deciden fusionarse.
Actividad pastoral y social muy activa
Desde sus inicios los miembros de estas congregaciones desarrollaron una actividad pastoral y social muy activa. Participaban en los cursillos prematrimoniales de Maldonado y de muchas otras parroquias, impartían catequesis, atendían a mujeres en situación de vulnerabilidad en el Pozo del Tío Raimundo y en Orcasitas, crearon guarderías y apoyaron la construcción de vivienda social en Orcasitas. Hoy siguen vivas estas dos vocaciones: apoyan a madres sin recursos, becan a estudiantes, colaboran con la fundación Pan y Peces y siguen con su misión de impartir cursos prematrimoniales donde los solicitan.
Han sido muchos los jesuitas que han ejercidos como consiliarios o viceconsiliarios de Nazaret o que han acompañado equipos. Son muchos jesuitas los que se han preocupado por ofrecer una formación de calidad, que han invitado a nuevos matrimonios a unirse. A todos ellos nuestro más profundo agradecimiento por su labor y por su cariño. También a la Compañía por apoyar a esta comunidad que tiene como carisma la vivencia de la fe en el matrimonio y la familia. Esta comunidad sigue ofreciendo un espacio de acogida a cuentas personas busquen seguir a Jesús al modo ignaciano.
