Francisco de Borja y los cetreros

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El 7 de octubre de 2013, San Francisco de Borja fue reconocido Santo patrón de la cetrería española por el papa Francisco. La iniciativa fue desarrollada y presentada ante el Vaticano por el Real Gremio de Halconeros.
Desde el año siguiente todos los 4 de octubre los cetreros no han de dejado de venir a la Parroquia de San Francisco de Borja a celebrar la fiesta de su patrón uniéndose a la eucaristía parroquial junto con sus rapaces. Azores, halcones, águilas de Harris, cernícalos, altillos, etc. con sus cascabeles y caperuzas, posados en los guantes de sus criadores son durante un buen rato humildes parroquianos. Fieles y buenos parroquianos. En la acción de gracias de la comunión y delante del altar del santo, este año han vuelto a repetir juntos esa oración cetrera.
 

Oración de los cetreros españoles a su santo patrón

Querido San Francisco de Borja:
Encontraste fuente de inspiración divina en la práctica de la cetrería, te pido que me facilites el encuentro con Dios.
Acompáñame en el camino. Bendice a mi ave. Haz que sea justo con ella y le exija en la medida en que ella pueda exigirme a mí.
Tanto en el campo como en mis quehaceres cotidianos dame espíritu de superación para huir del lance fácil.
En los fallos ayúdame a encontrar el aprendizaje en vez de la frustración.
Tú has sabido hacerte pequeño para ser grande ante Dios enséñame a ser humilde.
Ayúdame a entender que con el conejo que se esconde o con la perdiz que escapa la Naturaleza merece y necesita mantener sus leyes.
Hazme valiente como el pequeño cernícalo, noble como el halcón, fuerte como el azor, perseverante como el esmerejón y ágil como el gavilán, para que aprendidas estas virtudes puede ponerlas al servicio de los demás.
Haz que mi encuentro cotidiano con la creación ilumine mi vida y sepa reflejarlo a quienes aún permanecen ajenos a la grandeza de Dios.
Lleva mi agradecimiento a quienes me precedieron, como tú, en la práctica de este noble arte. No dejes que olvide mi responsabilidad en legar el patrimonio de la cetrería a las próximas generaciones cuando yo haya emprendido mi último vuelo.
Guíame para que las emociones y valores que experimentaste como cetrero modelen la mejor versión de mí mismo, como hombre y como cristiano. Amén.