Formación en Voluntariado en el CMU Loyola


El miércoles 14 de abril tuvo lugar la última sesión del ciclo formativo en voluntariado que se ha venido desarrollando durante este curso en el Colegio Mayor Loyola. Dado que la pandemia ha provocado el aplazamiento o suspensión de muchas actividades, algunas de ellas relacionadas con los voluntariados, el colegio mayor decidió poner en marcha un ciclo formativo en el que se profundizara tanto en realidades con las que el propio centro colabora desde hace tiempo (Bokatas o Pueblos Unidos), como en otras nuevas para abrir vías de cooperación en el futuro próximo.
El ciclo ha estado compuesto por seis sesiones en las que han venido a visitarnos personas vinculadas directamente con proyectos en los que la opción preferencial por los excluidos es central. Han estado con nosotros: Esperanza Vera, presidenta de la Asociación Bokatas, que atiende a personas sin hogar; Inma Soler, responsable general de Villa Teresita, que nos compartió cómo viven en familia con mujeres que sufren la trata; Carlos Gómez-Vírseda SJ, que nos habló de lo que supone ser médico en el Chad; Yago Villoutreys, coordinador de un grupo de Fe y Luz, para animar a los colegiales a tener amistad con personas con discapacidad intelectual; David Bingong (con su grupo de arte), que estuvo en el programa Baobab de Pueblos Unidos, y nos contaron, a través del canto y el baile, la historia de lo que significa ser inmigrante; y por último, Cristian Peralta SJ, que nos ayudó a conocer los barrios más pobres de República Dominicana a través de la historias de personas concretas que él mismo conoció.
Cada sesión se ha dividido en cuatro partes: una primera, con acento testimonial, donde cada invitado exponía cómo ha vivido el encuentro con esa realidad oculta a los ojos del mundo y cómo le ha marcado; la segunda, dedicada a explicar cómo es la institución que apoya los voluntariados que se ofrecen; una tercera, en la que cada invitado ha dado pistas sobre qué actitudes debe cultivar una persona que quiere acercarse a dichas realidades; y por último, un espacio de diálogo.
La respuesta al ciclo ha sido muy positiva pues la mitad de los colegiales (cien de doscientos) ha asistido a alguna de las sesiones, de los que el veinticinco por ciento han asistido prácticamente a la totalidad.
Una experiencia que ha suscitado en los colegiales el interés y deseo de colaboración con algunas de las propuestas en línea con las preferencias apostólicas de la Compañía de Jesús.

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