Encuentro de fin de curso de Pueblos Unidos y Padre Rubio


La familia de Pueblos Unidos y Padre Rubio (equipos, voluntarios, amigos y colaboradores…) se reunió en Jesuitas Maldonado para meditar y celebrar el curso que va terminando. Un año duro, donde se ha podido ver el aumento de la pobreza de las personas migrantes en Madrid y, a la vez, se han tenido que reformar los modos de trabajo para poder adecuarse a las exigencias de la pandemia. En algunos casos, esto dio oportunidad para implementar mejores servicios; en otros casos, simplemente se tuvo que asumir las dificultades que suponía el nuevo escenario: sobre todo, la falta de espacios para un trato más cercano. Con todo, en la eucaristía de fin de curso se expresó mucha gratitud por el privilegio de estar trabajando donde y con quienes se está haciendo.

Esta eucaristía estuvo presidida por José María Rodríguez Olaizola, S.J., acompañado por Severino Lázaro S.J. y más de 50 personas de los distintos equipos. Jose María, en la homilía, ayudó a meditar sobre cómo gestionar la presencia del conflicto en la vida y el trabajo de la organización; y cómo el evangelio da pistas preciosas para ello: aceptando su presencia inevitable, buscando no personalizar los conflictos, dimensionando la real importancia de los temas; y abriéndose a un camino de perdón y reconciliación en un horizonte de misión y solidaridad común. También fue una ocasión para recordar el sufrimiento del que se ha sido testigo este año y abrirse a la acción de Dios.

Tras la misa, personas voluntarias y equipos de Pueblos Unidos y Padre Rubio compartieron en la terraza de la Casa de Maldonado un rato de alegría y encuentro.


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