Presentación y bendición del mosaico del CMU Loyola en su clausura de curso


El pasado 30 de abril, el Colegio Mayor Loyola celebró la Clausura de Curso 2020-21, en un acto que aprovechó para retomar la presentación y bendición del mosaico ignaciano instalado a la puerta del edificio que, con motivo de la pandemia, había quedado pendiente el pasado curso. Las vísperas de la apertura del Año Ignaciano ha sido un momento propicio para esta presentación oficial.
El presidente del Patronato, Juan José Tomillo, sj –que presidió el acto junto al director del colegio mayor, José Manuel Burgueño–, fue el encargado de la bendición de la obra de arte, extendida a los asistentes, los colegiales y los trabajadores del centro. El mosaico es una obra original del artista maltés Roberto Gauci, formado en el estilo reconocible del Centro Aletti de arte espiritual de Roma, que representa a Jesús invitando a seguirle a los tres primeros compañeros (Ignacio, Francisco Javier y Pedro Fabro), que se conocieron, convivieron y se hicieron amigos en un colegio mayor, durante sus estudios en París.
Con motivo del 50 aniversario el curso 2019-20, el Colegio Mayor Loyola decidió colocar a la entrada una obra de arte singular que hace más visible y palpable su seña de identidad, la herencia ignaciana. Con esta imagen a sus puertas, el colegio quiere reconocer su adhesión a la tradición ignaciana, como forma de entender al hombre, al mundo y a Dios, tratando de recoger el testigo de una de las más importantes misiones de la Compañía de Jesús en su larga historia: la formación. San Ignacio vio claro el potencial evangelizador de la educación y una buena parte de los miles de colegios, universidades y centros de formación que los jesuitas tienen por todo el mundo comparten un lema que resume en cierto sentido el objetivo final de la pedagogía ignaciana: “Entramos para aprender, salimos para servir”, que a partir de ahora forma parte también de la tradición del Loyola.

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