Camino Ignaciano en la Comunidad Cristiana Nuestra Señora del Recuerdo

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La   Comunidad Cristiana Nuestra Señora del Recuerdo   realiza   cada año   una   peregrinación.   Es   un   momento   para conocernos y sentirnos más Comunidad. Durante estos 28 años de andadura hemos ido, siguiendo las huellas de San Ignacio,  a  Loyola, Aránzazu, Manresa, Roma, Tierra Santa… Desde hace tres años hemos iniciado el Camino Ignaciano, el camino que san Ignacio de Loyola recorrió desde Loyola a Manresa en 1522 tras su conversión. Ignacio se autodesigna peregrino en su Autobiografía y así firma en algunas de sus cartas. Las etapas las acoplamos a nuestra realidad física, procurando no dejar a nadie fuera por la dificultad  del camino, por lo cual, a veces saltamos etapas y siempre ofrecemos la posibilidad de caminar un tramo y terminar el recorrido restante en el autobús.
Como nos dice nuestro Consiliario, el P. Fernando de la Puente, S.J.,  buscamos CAMINAR, CONTEMPLAR y CONVIVIR. La vida es camino y salen a nuestro encuentro personas, lugares, situaciones, donde si no estamos alertas, perdemos la esencia. La contemplación, tan ignaciana, es importante en esta experiencia. Contemplar paisajes y agradecer tanta belleza, contemplar actitudes y servicio de los otros peregrinos, agradecer, recordar y aprender de tanta bondad y generosidad. Y convivir, compartiendo vida y fe con el compañero que camina a nuestro lado.
Del 15 al  17 de noviembre hemos realizado la etapa entre Navarrete y Logroño empezando por Logroño. Es un camino llano  de 13 kilómetros. Hicimos parada en el embalse de La Grajera  donde comimos de picnic. Atravesamos una zona verde rodeada de cipreses hasta el alto de la laguna. Seguimos por una loma cubierta de viñedos hasta las ruinas del hospital de San Juan de Acre. Finalmente llegamos a  la iglesia de Santa María de la Asunción en Navarrete donde celebramos la Eucaristía. Tras visitar Nájera, cenamos antes de volver a nuestro alojamiento en el Monasterio de Valvanera.
El domingo 17 de noviembre celebramos la Eucaristía en  el Santuario de Valvanera y salimos  hacia San Millán de la Cogolla disfrutando de un paraje precioso lleno de colorido otoñal con infinidad de matices.  Visitamos el Monasterio  de Suso y, después de disfrutar de la estupenda gastronomía riojana, volvimos a casa. Contentos y muy agradecidos.