Agenda 2030 para cerrar el Congreso Internacional de Fe y Alegría en Madrid

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>El XLVII Congreso Fe y Alegría termina y lo hace de la mejor manera posible. El Palacio de Cibeles, en el edificio del Ayuntamiento de Madrid, ha acogido este lunes el acto público que da por concluido el Congreso y que llevó por título: Agenda 2030: el reto de una educación que cambie el mundo.
Con un auditorio lleno, en la introducción participaron Daniel Villanueva, SJ, vicepresidente ejecutivo de Fe y Alegría España; don Carlos Osoro, cardenal-arzobispo de Madrid; Antonio Zurita, director general de Acción Internacional y Ciudadanía Global del Ayuntamiento de Madrid; Juan Pablo de Laiglesia, Secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe e Isabel Celaá, Ministra de Educación y Formación Profesional.
En esta presentación, Daniel Villanueva ha querido reivindicar la educación como catalizadora: “es la educación la que facilita el acceso a los demás derechos”. Por su parte, el cardenal Osoro ha pedido trabajar por una “cultura de la paz en que se conceda más importancia a las personas que a las ideologías”. La ministra Celaá dio las gracias a la Federación de Fe y Alegría “en nombre del gobierno español, por su trabajo y por su ejemplo”.
A continuación, la mañana se desarrolló con dos mesas redondas. La primera de ellas llevaba por título “Retos y propuestas para alcanzar el ODS4 (Objetivo de Desarrollo Sostenible)”. Se incidió en la necesidad de que las empresas y las instituciones públicas dediquen recursos económicos para mejorar la formación y el nivel educativo de los más vulnerables. También se habló de luchar por incluir a las niñas en los programas de formación: "Si la revolución tecnológica no incluye la ética y la perspectiva femenina no va a satisfacer al 50% de la población", ha dicho Ana Millán, directora de la Fundación Accenture.
La segunda mesa redonda, de título “No dejar a nadie atrás”. Tom Smolich, director internacional del Servicio Jesuita a Refugiados, advertía de la necesidad de que las personas que viven situaciones de desplazamiento forzoso también reciban educación: “Un niño que pasa tres o cuatro años sin ir a la escuela, pierde una oportunidad de la que es difícil que se recupere”. También se trató de la necesidad de incluir a los menores con discapacidades, de hacer económicamente accesible la educación, de dar protagonismo a las niñas y otras medidas que hagan de las escuelas y centros de enseñanza lugares inclusivos para todos.
Para cerrar el acto intervino Carlos Fritzen, coordinador internacional de Fe y Alegría: "Si de algo somos conscientes es que esta tarea de trabajar para que una educación inclusiva, equitativa y de calidad deje ser un sueño para millones de personas y se convierta en una realidad, no la podemos hacer solos.” – y ha insistido- “Para lograrlo necesitamos la voluntad política, el compromiso de todos, el trabajo conjunto, la alineación de esfuerzos y la Agenda 2030 es el marco que nos convoca."